Sangre de su sangre y la calma que desbordan sus ojos.
De lágrima fácil, eres un tango triste,
o uno de mis libros de páginas amarillentas.
Una palabra sensata y memorias olvidadas.
Ignoro tus pasos
y estrecho tu mano deseando haber sido
tu más enérgico enemigo en la guerra de las convicciones.
Atravesarte la pluma, desgarrarte el corazón
y caminar hombro con hombro.
O mejor no. Estrecho tu mano y bajo la mirada.
Te sonrío, ofrezco mi pecho y camino...
dos pasos detrás tuyo.
[>] Cambalache - Enrique Santos Disépolo
martes, noviembre 23, 2010
martes, noviembre 02, 2010
RES PE TO
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