Hace ya varios años que tengo una afición media extraña: me gusta asomarme por la ventana de noche y ver a través de su reflejo, no hacia fuera, si no que por el contrario, hacia dentro de la habitación.
Puede parecer medio estúpido a opinión de muchos, pero de lo que se trata es de enajenarse de la situación. Si te sientas en el sillón, por ejemplo, ya eres parte de ese escenario… y todo lo que miras a tu alrededor gira en torno a ti… al mirar por la ventana vez el cuadro completo y disfrutas de tu ausencia.
La otra noche después de asomarme a ver como estaba la cannabis se me apareció una sala cálida, algunas revistas y varios libros… los discos de siempre y una taza de café a medio terminar… escena que se repite de una u otra forma hace harto tiempo, a excepción de ese par de ojos verdes que poblaba toda la sala. Y ahí me golpeó Neruda despabilándome con la claridad y certeza de un niño que acaba de romper el papel de regalo y se encuentra frente a frente con aquello tan preciado…

La otra noche después de asomarme a ver como estaba la cannabis se me apareció una sala cálida, algunas revistas y varios libros… los discos de siempre y una taza de café a medio terminar… escena que se repite de una u otra forma hace harto tiempo, a excepción de ese par de ojos verdes que poblaba toda la sala. Y ahí me golpeó Neruda despabilándome con la claridad y certeza de un niño que acaba de romper el papel de regalo y se encuentra frente a frente con aquello tan preciado…
me gusta cuando cayo y estoy como ausente...
entonces quise ir hacia esos ojos y, aún nublado por la sorpresa, choque con mi ventana…. No en el sentido poético si no que en el sentido estúpido… de todas formas es lindo saber que eres parte de mi tesoro oculto tras el reflejo de mi ventana, espero ser yo parte del tuyo tb.
[>] Sentimental Journey – L. Armstrong & E. Fitzgerald